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El caso de Julen se convierte en un circo mediático

  • Foto del escritor: Elena Gómez
    Elena Gómez
  • 27 ene 2019
  • 4 Min. de lectura

Desde que el pasado 13 de enero, el niño de 2 años cayera a un pozo situado en Totalán (Málaga), la cobertura del suceso ha estado impregnada de sensacionalismo y morbo.


Ilustración de Forges que representa a la perfección la actitud de los medios de comunicación.

Cada vez que ocurre una tragedia relacionada directamente con un menor, el periodismo se ve mancillado por los medios de comunicación que priorizan las altas cuotas de audiencia frente a una información de calidad. Es algo que vivimos con el caso de las niñas de Alcàsser (1992), Marta del Castillo (2009), Diana Quer (2016), Gabriel Cruz (2017), y que se repite con el hallazgo del cuerpo sin vida del pequeño Julen.


A las 13.57 horas del domingo 13 de enero, los servicios de emergencias recibían una llamada alertando de que un niño de 2 años se había precipitado a un pozo en el municipio malagueño de Totalán. Emprendía entonces, un equipo en rescate del pequeño y comenzaba un frívolo circo mediático.


Una cobertura donde la información brilla por su ausencia


Durante los 12 días que ha durado el rescate, era imposible encender la televisión y no ver programas especiales, algunos a altas horas de la madrugada, con información que se sabía hasta el momento, debates en los que se opina y especula, y hasta directos en streaming en canales de Youtube de distintos diarios y cadenas para seguir el trabajo el equipo de rescate. 


El incidente pasa a ser espectáculo. Se trata de una oportunidad de oro para mantener a los espectadores pegados a la pequeña pantalla, expectantes a las actualizaciones informativas del caso.


Este tipo de contenido desgraciadamente funciona. Así ha quedado demostrado en los datos de audiencia. El día 22 de enero, Las Noticias de las 14:00 de La Sexta alcanzaban un share del 16,2 %. Espejo Público hacía récord de temporada con un 16,6 %. Los informativos Telecinco de las 21:00 marcaban un 25,6 % de share, equivalente a 4.6 millones de personas. 


La prensa digital no se quedaba atrás. Diarios como El País y La Vanguardia ofrecían una cronología detallada del caso de Julen, actualizando continuamente cada vez que se obtenía un nuevo dato, por mínimo que fuera.


Se han desvelado detalles íntimos, morbosos y de poco interés informativo para el rescate como la pérdida de otro hijo de la familia en 2017, objetos personales del menor enfrente de la fachada de su casa, imágenes del niño a pesar de que sus progenitores querían preservar su intimidad e incluso el vehículo en el que se encuentran los restos mortales del niño.


Juan José Cortés: ¿apoyo o afán de protagonismo?


Juan José Cortés ha estado apoyando a los familiares del menor en estos días. O al menos, es lo que parecía en un primer momento. Pero el objetivo del padre de Mari Luz Cortés, la niña onubense asesinada en 2008, ha sido hacer campaña del Partido Popular, partido al que se afilió nuevamente en noviembre de 2018.


A Cortés podemos encontrarlo allá donde halla un foco: próximo al padre de Julen, José Roselló, cuando decide hablar con los medios, ofreciendo ruedas de prensa explicando cómo se encuentra la familia, como maestro de ceremonias en una vigilia en honor de Julen, 


En una convención del Partido Popular, Cortés afirmaba: “El PP, a diferencia de otros partidos, está con las víctimas. Julen, desde el pozo tan oscuro donde estás metido, Juan José Cortés, el PP y España entera está contigo". Tras este discurso era aclamado con aplausos que asustan y te hacen replantearte hasta dónde puede llegar el oportunismo.



Pero las meteduras de pata de Juan José Cortés no cesan aquí. El miembro del PP ha iniciado una campaña de recogida de firmas en camisetas por parte de jugador de equipos de fútbol para cuando Julen salga del pozo. La opinión pública ha atacado duramente a Cortés, criticando su afán de protagonismo y propaganda política.



Difusión intrusiva, masiva y constante


Aunque quisieras evadirte del caso, era prácticamente imposible. Se ha convertido en el mono tema del momento. En la prensa ocupaba todas las portadas, era trending topic en Twitter y la televisión actualizaba constantemente el suceso.


Telecinco llegó a sustituir Pasapalabra y Volverte a ver por dos programas especiales de Ana Rosa Quintana dedicados íntegramente al caso de Julen. No p odían dejar escapar la oportunidad.


Antena 3 no se quedaba atrás e incorporaba una ventana en la parte inferior izquierda en la que retransmitían en directo los últimos momentos del rescate con el titular ''A 3 metros de Julen''. Ante el aluvión de críticas recibidas en redes sociales, lo cambiaron por ''Cerca de Julen''.




La intromisión mediática llega hasta el punto de que la Guardia Civil tuvo que usar un puntero láser para evitar que los fotógrafos pudieran inmortalizar cómo sacaban el cuerpo del niño. Curiosamente, un fotógrafo se preguntaba en su cuenta de Twitter el motivo, y los usuarios se le echaban encima.




Hora de hacer autocrítica


Ganar dinero a costa de la vida de un niño de 2 años es cruel, macabro y frívolo. Medios de comunicación, periodistas, cámaras, y también audiencia tenemos que reflexionar. No todo vale.


Tanto los profesionales de la información como la audiencia somos responsables. Mientras que los profesionales no podemos dejar en el olvido la ética y los códigos deontológicos, la audiencia que se deja llevar por la espectacularización es cómplice del bochorno que llevan a cabo los medios de comunicación. Como consumidores, tenemos que exigir una información de calidad e interés.


El Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) ya se ha puesto en ello. EL CAA analizará el tratamiento mediático del caso de Julen ante la vulneración de los derechos de los familiares del pequeño, según ha comunicado a través de su página web.









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